Quien llega por primera vez a Córdoba no puede evitar de quedarse asombrado y enamorado de la majestuosidad de su símbolo más representativo: la gran Mezquita Catedral-
Mientras, desde tiempos casi inmemorables, los habitantes de esta bella ciudad cristiana, judía y mora han ido sorteando los avatares de sus vidas azarosas entre el sueño y la realidad de su presencia.
En Córdoba, cada amanecer y cada atardecer nace y muere alrededor de la sublime belleza de esta maravilla, que atrapa, que hipnotiza, y que nunca deja de sorprender.
La Mezquita Catedral de Córdoba está llena de tesoros llamativos y conocidos, pero también de reliquias ocultas que precisan de una segunda o tercera mirada. En su patio de abluciones se encuentra uno de estos tesoros silenciosos, menos llamativos, pero igual de importantes: el Olivo del Patio de los Naranjos .
Historia de un ejemplar centenario
Plantado en 1741 (Nieto-Cumplido, 1998), este olivo que da nombre a la bella fuente barroca junto a la que reposa, es posiblemente el ser vivo más longevo de la ciudad. Aunque frágil y algo torcido por el peso de sus 280 años, este olivo ha sido testigo mudo de la vida de Córdoba y sus gentes.
Si el olivo pudiera hablar, quizás nos contaría historias de bautizos de gente noble y de a pie, o quizás nos confesaría sueños, secretos y anhelos que un día tantas bellezas cordobesas le confesaron mientras iban a su fuente a por agua.
¡Y quién sabe cuántas fotos, retratos y, recientemente, selfis se han tomado ante su atenta mirada! En cuántos idiomas habrá escuchado alabanzas de la belleza de la que durante casi tres siglos ha sido su casa y su refugio: La Mezquita Catedral.
¿Quién sabe cuán grande fue su asombro la primera vez que se dio cuenta que las conversaciones habían dejado paso a los mensajes WhatsApp, que las cartas se sustituían por el estado de Facebook e Instagram y que las alegrías y las penas se describían por emoticonos?
Por el entorno extraordinario en el que se encuentra, su lucha cotidiana para sobrevivir y su longevidad, el Olivo del Patio de los Naranjos ha sido merecidamente considerado olivo de interés histórico y cultural y se ha incluido entre los olivos monumentales de España (Muñoz et al., 2004).
Pero, ¿qué sabemos realmente de este olivo? ¿De qué variedad se trata? ¿Es conocida o pertenece a una variedad ya perdida en los olivares andaluces? ¿Por qué fue precisamente esta variedad la elegida para este lugar tan emblemático de Córdoba?
A pesar de su gran importancia simbólica y de conocerse con exactitud su fecha de plantación, las indagaciones iniciales en el Archivo de Cabildo de Córdoba revelaron que no se tienen datos de qué variedad de olivo se trata. Quizás precisamente por su ubicación en un lugar tan destacado, el nombre original de la variedad se perdió, permaneciendo en la memoria de la ciudad y sus habitantes sólo el nombre que actualmente conocemos.
Por ello, un grupo de investigadores y técnicos del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria de la Junta de Andalucía (IFAPA), en colaboración con la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO), nos propusimos identificar y estudiar el Olivo del Patio de los Naranjos.
Este estudio forma parte de un proyecto continuo del Banco de Germoplasma Mundial de Olivo (BGMO) del IFAPA que persigue la búsqueda, identificación, conservación y estudio de las variedades locales andaluzas, españolas y del resto del mundo.
Para llevar a cabo la identificación varietal en 2018 realizamos un muestreo, sin perjuicio alguno para el árbol, de frutos y hojas del Olivo del Patio de los Naranjos. Las características morfológicas de los frutos y especialmente de los huesos son muy estables y por ello se han considerado tradicionalmente de gran utilidad para discriminar variedades de olivo (Barranco et al., 2005). Sin embargo, el análisis del ADN extraído de las hojas del Olivo del Patio de los Naranjo permite su identificación con otro método mucho más eficiente que la descripción morfológica.
Se trata de los denominados marcadores moleculares que identifican diferencias en la secuencia de ADN de las distintas variedades. En concreto, en los últimos años, el empleo de nuevos marcadores llamados EST-SNPs (Belaj et al., 2018) está posibilitando una identificación más objetiva y sistemática del gran número de variedades conservadas en el BGMO
Hasta la fecha, el uso de un set de 96 marcadores EST-SNP ha permitido la identificación de más de 600 variedades de olivo y esta gran base de datos será el punto de partida para la identificación de nuestro célebre olivo.
El análisis de los datos de los marcadores de ADN reveló que la variedad a la que pertenece el Olivo del Patio de los Naranjos era probablemente una variedad común y conocida en Córdoba, ya que la misma se pudo encontrar también en unos olivos de la serranía próxima a la ciudad.
Esta coincidencia fue una grata y esperable sorpresa, ya que, encontrándose en un lugar tan insigne, hubiese sido difícil imaginar que se plantara allí algo insignificante y de poca importancia en el olivar cordobés. Asimismo, la misma variedad del Olivo del Patio de los Naranjos se pudo identificar entre las variedades del BGMO procedentes del ya desparecido Jardín Varietal de la Estación de Olivicultura y Elaiotecnia de Jaén (Priego J.M. 1935; Ortega-Nieto J.M. 1955).
El hecho de encontrarse incluida en esa antigua colección, para su estudio y conservación, es otro testimonio que señala a que probablemente se tratase de una variedad conocida y de cierta relevancia a principios del siglo pasado. Para nuestra sorpresa, mientras avanzábamos en el trabajo de identificación y de la búsqueda de variedades locales de Andalucía, pudimos encontrar el mismo perfil genético de la variedad del Olivo del Patio de los Naranjos en otra variedad localizada en una finca de Montoro.
Se trata de ‘Tomatillo’, una variedad con frutos y huesos muy diferentes a los de nuestro olivo y, sin embargo, genéticamente iguales entre sí. Este resultado, aparentemente desconcertante, tiene su posible explicación en los pequeños cambios llamados mutaciones que ocurren de manera natural en especies de propagación vegetativa como el olivo. Se trata de cambios leves en los nucleótidos que forman el ADN de todos los seres vivos, como pequeños errores tipográficos en un texto escrito.
Cuanto más antigua sea la variedad, más posibilidades hay de que surjan y se acumulen estos pequeños cambios que en escasísimos casos se traducen en diferencias morfológicas como en el caso de la variedad Tomatillo, cuyos frutos y huesos recuerdan el tomate, y de allí deriva su nombre.
En este sentido, este hallazgo podría indicar que la variedad del Olivo del Patio de los Naranjos sea muy antigua y su propagación y cultivo a lo largo de los siglos haya dado lugar a las ya mencionadas mutaciones.
Y probablemente desde estos tiempos antiguos esta variedad ha ido difundiéndose, más allá de la provincia de Córdoba, hacía otros lugares de la península ibérica. Prueba de ello es la identificación en el BGMO de la misma variedad con el nombre ‘Hojiblanca de Navarrés’, una variedad local procedente de Valencia.
Además, nuestros datos moleculares y morfológicos revelan que la variedad del Olivo del Patio de los Naranjos se encuentra también en el sur y sureste de Portugal (Algarve y Alentejo) con el nombre ‘Maçanilha Algarvia’ (Figuras 5).
La denominación de la misma variedad con nombres diferentes basándose en el aspecto del árbol (‘Hojiblanca’) o la forma del fruto (‘Maçanilha’), entre otros, es frecuente en olivo, dando lugar a la presencia de muchas sinonimias. De hecho, las dos variedades antes mencionadas también se encuentran con los nombres ‘Sevillana’ y ‘Maçanilha de Tavira’ en sus zonas olivareras, respectivamente (Iñiguez et al., 2001; Cordeiro et al., 2013).
Los datos de nuestro estudio nos muestran por tanto que la variedad del Olivo del Patio de los Naranjos debió alcanzar cierta importancia y distribución en tiempos pasados y que allá donde llegó a cultivarse fue ‘bautizada’ con diferentes nombres. Pero ¿cual era su nombre aquí en Córdoba? Como hemos indicado anteriormente, la variedad fue introducida en el BGMO desde la Colección de Jaén y lo hizo bajo el nombre ‘Ocal’.
Sin embargo, para diferenciarla de otra variedad también llamada ‘Ocal’ que está difundida en las comarcas sevillanas de Estepa y Campiña y en toda la provincia de Córdoba (Barranco et al., 2005), a su nombre se le añadió un código del BGMO llamándola ‘Ocal-25’. Resulta llamativo que la denominación varietal ‘Ocal’ ha sido citada en varios libros antiguos (Rojas Clemente, 1815), y su nombre aparece en olivares de Andalucía (Espejo, 1898), especialmente en Córdoba y varios pueblos (Hinojos, Lucena, Montilla, Montoro, Posadas, La Rambla) de la provincia (De La Puente y Rocha, 1875, 1879).
Según la Real Academia Española, el origen de la palabra ocal proviene de hueco y como adjetivo se usa especialmente para referirse a algunas frutas como la pera y la manzana para destacarlas como muy gustosas y delicadas. Todo ello nos induce a pensar en la probabilidad de que ‘Ocal’ sea una denominación varietal genérica (también conocida como homonimia), es decir, el mismo nombre se les asigna a variedades diferentes.
Considerando todo lo antes mencionado en torno a la variedad del Olivo del Patio de los Naranjos, su posible antigüedad y más que probable relevancia en el olivar cordobés en el pasado y el hecho que la misma entró en el BGMO bajo el nombre ‘Ocal’ lanzamos dos posibles propuestas para su denominación.
Por un lado, y para diferenciarla de la otra variedad que lleva el mismo nombre, sugerimos añadirle a la denominación genérica ‘Ocal’ el apelativo ‘Cordobesa’. Alternativamente, surge también la posibilidad del apelativo ‘Qurtubia’ a continuación del nombre ‘Ocal’ en referencia al nombre árabe que recibió nuestra ciudad en la época de Al Ándalus.
En ambos casos se ha seguido el criterio empleado previamente en olivo para diferenciar otras la variedad del Olivo del Patio de los Naranjos con el nombre ‘Ocal Cordobesa’.
Sírvase esta simple anécdota como un posible ejemplo de la facilidad de denominar con nombres diferentes a la misma variedad de olivo. En este sentido, no sería de extrañar que, en futuras prospecciones de variedades locales en Andalucía, encontráramos la misma variedad con otro posible nombre.
Fuentes:
A. Belaj 1 , F. J. Gómez-Gálvez 1 , A. Serrano-Gómez 1 , J. C. Hidalgo 1 , J. J. Hidalgo 1, V.
Vega 1 , I. J. Lorite 1 , M. P. Aguilera 2 , B. Jiménez 3 , José María Penco 4 , R. de la Rosa 1
1 IFAPA Centro “Alameda del Obispo”, Córdoba
2 IFAPA Centro “Venta del Llano”, Mengíbar, Jaén
3 IFAPA Centro de Cabra, Córdoba
4 AEMO. Asociación Española de Municipio Olivareros
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