Por Luis Celorio
En la provincia de Córdoba se encuentran dos localidades que van a tener una gran importancia en la producción histórica de la alfarería artesanal.
La Rambla, especializada en la cerámica del agua, y Lucena, especializada en la cerámica para almacenaje principalmente del vino y el aceite.
Hay al menos tres tipologías de vasijas relacionadas con el uso doméstico, del almacenaje y transporte de alimentos: las orzas, las botijas peruleras y las tinajas
Las orzas
Recipientes de barro cocido generalmente vidriados en su interior, cuyo uso tradicional tenía como destino los procesos de maceración y conserva, de los alimentos más habituales como eran el queso en aceite, la miel o los productos de la matanza del cerdo, aunque también se usaron para contener todo tipo de legumbres, garbanzos arroz o lentejas.
Otra tipología de esta familia eran las orzas aceituneras para curar el fruto del olivo y las orzas o tinajillas para desamargar, para el proceso del cambio periódico de agua de las aceitunas.
En Lucena se llegaron a fabricar hasta siete tipos de orzas diferenciados, siendo las más populares: la orza cuartillera con capacidad para 20 litros, la orza pastoril de 15 litros, la orza perrengue grande de 12 litros y perrengue chico de 6 litros.
Las botijas peruleras
Fueron recipientes fundamentales en el comercio marítimo entre España y el continente americano entre los siglos XVI y XIX.
Por su forma esférica eran ideales para ser apiladas unas junto a otras en las bodegas de los barcos. Su nombre procede del Perú.
También puede incluirse en este conjunto tipológico la perula o «aceitera globular», que es una pieza tradicional de menor tamaño y de paredes más finas vidriada enteramente de verde, propia de la alfarería de Lucena.
Las tinajas
Son grandes recipientes de barro usados para la conservación y almacenamiento de líquidos, poseen una boca ancha, y no suelen tener asas, y si las tienen suelen ser pequeñas.
El Centro tinajero de Lucena en la provincia de Córdoba, fue uno de los núcleos de fabricación con más tradición y de mayor producción de tinajas de Andalucía, llegando a tener veinte tinajerías, hasta el primer cuarto del siglo XX.
En el Diccionario geográfico-estadístico-histórico (1846-1850) de Pascual Madoz, se menciona el centro tinajero de Lucena como proveedor para todas las bodegas de Andalucía y se especifica la construcción de ejemplares de 500 a 600 arrobas, cerca de 10.000 litros. Su destino comercial eran las numerosas bodegas, almazaras e industrias dedicadas al aceite, el vino.
Lo más destacado en la elaboración de las grandes tinajas era el proceso totalmente manual, sin torno, por el método o técnica alfarera del urdido, esto es a base de hacer tiras de barro que se van colocando una sobre otra a mano para dar la forma y volumen deseado, ayudándose de una paleta de madera.
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Textos: Casa del Agua de Córdoba, Centro de interpretación sobre el agua
Web: http://casadelaguaportillo.es/
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