LOS VINOS DE CÓRDOBA

Por Mara de Miguel Peláez

Cuando me pidieron que escribiera un texto de introducción de los vinos de Córdoba pensé en escribir unas palabras que pudieran hacer justicia a estos vinos generosos de Montilla-Moriles  que es cómo se llama a la familia de los vinos fortificados en oposición a los vinos que no lo son.

Los vinos de Córdoba. Renacer del Ave Fénix

Vinos generosos, no sólo por tipología, sino porque han sabido enseñar de padres a hijos, lo mejor de estas tierras albarizas y margas altamente calizas, que son, dicho sea de paso, de los mejores suelos junto con la pizarra donde se pueden cultivar las viñas para hacer un vino de calidad.

Y ¿qué tienen de especial estos vinos? Podrá decir alguien que no esté muy dicho en esta materia. La respuesta es sencilla, debido a las características climatológicas y físicas de Montilla-Moriles y al buen saber hacer de las madres y padres de éstos productos enológicos,  éstos vinos son únicos en el mundo.

Es cierto que hay más vinos fortificados como los Oportos o los moscateles de Setubal en Portugal o algunos Madeira, los Vin Deux Natural como Banyuls en Francia, los Marsala de Italia o los Moscateles de Rutherglen en Australia, los vinos Chipiotras de Commandaría y en España los vinos de Jerez, algunos vinos de Málaga como los Pajarete, algunos en el Condado de Huelva,  los Pálidos de Rueda ( hoy en peligro de extinción) o los fantásticos Fondillón en la zona del Levante.

Ejemplos que se cuentan con los dedos de dos manos, si pensamos en la cantidad de vinos tranquilos (que es cómo se denomina al resto de vinos)… Entonces, ¿qué tienen de especial?

Para mi, la grandeza de nuestros productos es básicamente que con una uva, fundamentalmente, la Pedro Ximénez, se pueden elaborar distintos tipos de vinos, no sólo atendiendo a su nivel de alcohol y de azúcar, sino atendiendo al alma que los diferencia dentro de la misma categoría.

No es lo mismo tomar un Palo Cortado, que un Oloroso, conceptualmente están a años luz el uno del otro. Para que nos entendamos, no es lo mismo que tu novio sea Brat Pitt que George Clooney. Los dos son fantásticos, pero uno ha sabido reencontrarse con los años y ser más enigmático y el otro sigue teniendo ese aire de gentleman serio, que sabes que estará ahí para ayudarte en lo que haga falta.

Por otro lado, en Córdoba también se han cultivado desde tiempos inmemorables muchos tipos de variedades tintas, que hoy en día también están abriéndose paso como el Ave Fénix, y que en próximos años, tengo la impresión, nos van a dar muchas alegrías capitaneadas por profesionales muy competentes con una apreciación y sensibilidad muy interesantes que han desarrollado desde vinos espumosos, extraordinarios vermús, vinos tintos con crianza o blancos que le han dado la vuelta a la pedro ximenez cómo siempre soñé, incluso vinos naturales.

La partida está empezando, el mercado se diversifica, y eso es bueno, y lo antiguo u lo olvidado, como los Vinos de Pitarra de Villaviciosa, se vuelven a poner de moda en lugares que desconocemos. Sólo hay que creérselo, seguir catando, comparar y apoyar comprando esos tesoros líquidos que tenemos en Córdoba.

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