La Casa del Agua – Centro de Interpretación sobre el agua (II)

Por Luis Celorio.

Botijos, búcaros, porrones y otras denominaciones

Llamamos botijo o porrón, a la pequeña y popular vasija de barro cocido con asa superior y dos pitorros laterales, uno para su llenado y otro estrecho para beber. Como búcaro es conocido en Sevilla, Huelva, y Cádiz.

En algunos pueblos malagueños se usa el término pirulo, piche o pichilín. En otras localidades de Huelva y Sevilla, lo llaman pipo, y en Cádiz, Granada, Málaga y Almería usan la variante de piporro y pipote.

Existen dos grandes variedades de botijos según temporadas: Invierno y verano. La diferencia entre ambos estriba en que el barro está esmaltado o vidriado en los de invierno para tapar los poros y anular el proceso de filtración natural de la arcilla, por tanto, el botijo no enfría.

El centro alfarero de producción más importante, que además suministraba de botijos a todo el país, fue sin duda la localidad de La Rambla en Córdoba, que en los años setenta del siglo XX, contaba con 53 alfarerías.

Alcarrazas y jarras, la cerámica de mesa

De origen árabe, estas vasijas realizadas en barro muy poroso, servían para conservar el agua fresca de uso cotidiano para el servicio de mesa. De gran popularidad en Andalucía, se fabricaron ininterrumpidamente durante los siglos XVI y XVIII, y están perfectamente documentadas en algunas obras de pintores andaluces del siglo de oro como Velázquez, Murillo o Zurbarán.

Las alcarrazas alcanzaron un alto grado de sofisticación técnica y estética que las hizo muy apreciadas desde cualquier estrato social, las mas selectas se apodaron popularmente “de cascarón de huevo” por ser tan fina su hechura, que el grosor de las paredes de la vasija, se asemejaba a dicha cáscara.

Habitualmente tenían dos asas y varias boqueras o picos en la parte superior, entre tres y cuatro, que permitía a cada comensal beber directamente de la jarra con cierta exclusividad en el contacto.

Las alcarrazas tradicionales de Córdoba (La Rambla y Lucena), las de Sevilla (Triana), las de Almería (Vera), o las de Jaén (Andújar), están íntimamente relacionadas.

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