Ensalada del poeta Marcial

Por Alejandro Ibáñez, arqueogastrónomo.

Marco Valerio Marcial nació en la actual Calatayud el año 40, entonces Bilbilis, cuando los hispanos ya estábamos bastante romanizados.

Evidentemente no era de Córdoba, pero, por su humor y sus invectivas cargadas de sarcasmo y mala uva, bien pudo serlo. En el año 64 lo encontramos en la elegante y bulliciosa Roma, escribiendo versos para ganarse la vida y adulando a los patricios influyentes, tanto que se convirtió en un huésped imprescindible en los banquetes de los emperadores Tito y Domiciano.

Marcial es conocido en la historia de la literatura latina por haber llevado a lo más alto el género literario del epigrama, una composición poética breve caracterizada por la concisión, la agudeza y el tono festivo o sarcástico, en general destinada a atacar con virulencia a personajes y grupos sociales reflejando con ironía y realismo las costumbres y las debilidades de la sociedad romana de su tiempo. Su lenguaje es a menudo picante, atrevido, grosero o incluso obsceno.

Escribió 1.554 poemas, no dejando a ningún puritano vivo con su sarcasmo, desfilando por su pluma todo tipo de personajes vacíos y superficiales, médicos matasanos, escritores mediocres, pesados insufribles, pecadores de todo tipo, individuos llenos de taras físicas, viejos que disimulan su edad o, antiguos esclavos que entierran su pasado debajo de mil lujos. En un alarde de humor, ni él mismo se salvaba de sus propias burlas y decía de si mismo: possum nil ego sobrius; bibenti succurrent mihi quindecim poetae (Sobrio nada puedo; si bebo, vienen en mi ayuda quince poetas).

Protegido de otro célebre aficionado a todo tipo de banquetes, Marco Gavio Apicio, presunto autor del libro De re coquinaria, una de las principales fuentes para conocer la gastronomía en el mundo romano, le dedica esta simple ensalada que aquí recreamos:

Ingredientes para la Ensalada del poeta Marcial (calculamos para 4 personas):

  • 2 latas de anchoas
  • 2 huevos duros
  • 1 lechuga
  • Aceite de oliva

Forma de hacerlo:

Se lava y corta la lechuga y se pone en el fondo de la fuente donde vayamos a servir la ensalada.

Se colocan las anchoas sobre las lechugas y se rocía todo con el aceite. Se pican los huevos duros y se adornan con ellos las anchoas.

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Una sencilla receta y a la vez muy sabrosa. Que sobrevive hasta nuestros días.

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