Por Chary Serrano
La festividad de San Acisclo y Santa Victoria se celebra el día 16 de noviembre. Fueron los primeros mártires de Córdoba, en los inicios del siglo IV, nombrados posteriormente nuestros Patronos.
“el 17 de noviembre de 313 cuando, según el acta que se conserva en la biblioteca del Convento de San Juan de los Reyes en Toledo, aunque existen autores que suponen que pudo ser en los años 204, 229 ó 311, San Acisclo fue degollado a las orillas del río, mientras que Santa Victoria fue asaetada en el anfiteatro romano» al no querer renunciar a la fe cristiana”.
En el lugar de su martirio se construyó el convento de los Santos Mártires. Sobre este convento en ruinas se levantó en 1881 la ermita neogótica de los Santos Mártires, que en el año 1949 fue declarada Patrimonio Histórico Español.
Esta conmemoración está ligada posteriormente en el ámbito gastronómico al típico Pastel cordobés (o Pastelón).
El dulce mas arraigado en nuestros gustos y costumbres pasteleras, tiene su origen en una pastelería de la calle San Pablo a principios del siglo XX.
Se cuenta que lo inventaron dos confiteras: Alejandra y Francisca, y de ahí y dado su éxito, se fue extendiendo por el gremio de la pastelería, hasta hacerse con una gran fama.
No es un dulce que normalmente se elabore en las casas, aunque algunos/as nos hayamos aventurado a hacerlo.
En su origen, el Pastelón cordobés se crea con un tamaño familiar, y consiste en una plancha de hojaldre, rellena de cabello de ángel (cidra), cubierta con otra plancha de hojaldre. Para terminarlo se espolvorea con azúcar y canela.
También coexiste un pastel mas festivo y que se hacía por encargo, en el que se añadía en el relleno jamón serrano o ibérico.
A lo largo de los años y sobre todo en el última década se ha ido innovando.
Ahora podemos degustarlo con el clásico relleno de cabello de ángel junto con jamón, salmón ahumado, también adornado por encima con frutos secos, principalmente almendras y piñones, tostados en un último golpe de horno y bañados con una fina capa de gelatina o con aguamiel, que los pone brillantes y apetitosos.
La última incorporación ha sido el pastel cordobés de chocolate, que hace las delicias de los visitantes de la Cafetería Panea del Mercado Victoria.
Durante varios años se celebró en Córdoba una iniciativa gastronómica en torno al día de San Acisclo y Santa Victoria, que organizaba el Diario CÓRDOBA con el apoyo del Ayuntamiento de Córdoba y la Agrupación provincial de Pastelería y Confitería, consistente en hacer un gran pastel cordobés de unos 7 m. de diámetro y repartirlo entre miles de cordobeses, junto con licores de Rute y bebidas lácteas, donaciones de diferentes empresas de Córdoba y Provincia.