Por Alejandro Ibáñez.
Hace algo más de mil años, los estrategas del califa Abderramán III, que entonces mandaba y mucho por nuestras tierras y más allá, supieron ver una colina muy estratégica, que llamaron la Torre de la Serpiente (Bury al-Hans), y que juzgaron indispensable para asegurar el poderío del califato, por lo que su titular ordenó construir una fortaleza con la misión de vigilar los accesos a la capital, que a Córdoba se puede llegar desde cualquier sitio.
Para muchos de nuestros pueblos es común que su historia vaya ligada a las de sus fortalezas, en muchas ocasiones, la razón de su propia existencia. Nuestra alcazaba ha tenido un uso, y por qué no decir, un abuso, desde que fue conquistada por Fernando III sometiéndola a continuas reformas para distintos usos, haciendo un poco difícil reconocer todo su pasado y como sus siete torres y sus murallas han ido evolucionando con el tiempo, labor en la que me ocupo desde hace algunos años. Y debo decir que no me siento orgulloso, pero para mí uno de los usos más entrañables, por la cercanía familiar que conlleva, fue su reutilización como coso taurino pues, según me contaron, aquí debutó mi tío Hipólito, siendo apoderado su hermano Pepe, mi padre. De la faena da cuenta el pasodoble torero “Hipólito Ibáñez” que mi amigo Alfonso Priego y su Asociación Músico – Cultural Pedro La Virgen paseaban por algunas plazas.
Pero vamos a lo que nos ocupa, que no todo pueden ser piedras más o menos ancestrales pues, la verdad, alimentan poco y así nos encontramos con una interesante propuesta que la Oficina de Turismo del Ayuntamiento de Bujalance organiza, del 31 de julio al 1 de agosto de 2020, la Ruta de la tapa andalusí de Bursh al-Hansh, en la que diversos establecimientos culinarios de ofrecen, a propios y extraños, un viaje gastronómico, lleno de olores y sabores, al pasado en el que recrear otros tiempos. En este paseo gastronómico por nuestro pasado andalusí participan (ver plano) Bar Plaza, Restaurante El Tomate, Hospedería la Querencia, Peña Taurina, Peña Flamenca “La Pajarona”, Casa Villena, Bar Al Tinte, Taberna La Paloma, El Surtidor y Restaurante Casa Patricio.
Como ya sabemos que los cocineros son muy suyos y nunca nos cuentan nada de sus secretos quiero compartir con todos mis paisanos, y un poco como disculpas por el uso del castillo para una faena torera que no fructificó como se pensara, un gratificante descubrimiento que hicimos hace tiempo y, gracias a las técnicas arqueológicas que avanzan que es una barbaridad, al analizar unos restos hallados precisamente en el cuerpo de guardia de la Torre de la Paloma. Nada más, y nada menos, que la presunta receta de una hamburguesa que se hacían los soldados en un pequeño anafe de campaña y que, como no soy cocinero, comparto con todos.
Ingredientes (para cuatro soldados):
- 400 grs. de carne de cordero (o ternera muy picada y muy poco grasa)
- Una cebolla picada (o el zumo de la misma)
- Aceite de oliva virgen extra
- 100 grs. de harina
- Especias al gusto
- Un chorrito de miel
- 100 grs. de nueces
- Una manzana pequeña picada
- Sal
- Pimienta
Se prepara una mezcla de carne, nueces, cebolla picada y la harina (si no hay harina poner un poco de miga de pan). Poner las especias. Condimentar y mezclar. Si queda seca la masa añadir un poco de aceite y agua.
Freír la hamburguesa por ambos lados en aceite de oliva virgen extra (se recomienda con denominación de origen Bujalance).
Una vez fritas decorar con la manzana picada sin piel. (Se puede servir con miel).
La verdad es que reconforta después de un rato de ronda.