José Mª Penco. Ingeniero Agrónomo.
Hace ahora 18 años, AEMO (Asociación Española de Municipios del Olivo) desarrollaba un proyecto europeo denominado “Oleoturismo”, junto a la Diputación de Jaén y siete socios más de Francia, Portugal, Grecia, Marruecos, Túnez, Serbia y Croacia.
Tuvo lugar al amparo de la iniciativa INTERREG III-SUDOE, y hoy podemos afirmar que aquella fue la primera incursión seria en el emergente concepto del oleoturismo.
Fueron tres años de apasionante trabajo donde compartimos puntos de vista, visitamos experiencias turísticas relacionadas con el olivo y el aceite en otros países, y culminamos organizando el I Congreso Internacional de Oleoturismo (Córdoba, 2006) y diseñando una Ruta Mediterránea de Recursos Oleoturísticos, un apasionante itinerario que comenzaba en el recurso cero, el olivo de Atenea en la Acrópolis de Atenas, y concluía en un milenario acebuche del sur de la provincia de Cádiz, dibujando todo el Arco Mediterráneo.
Aprendimos mucho, pero sobre todo fuimos conscientes del futuro del turismo ligado al olivo y su aceite, y del valor que este concepto podía aportar al sector.
El turismo ligado a la gastronomía es un concepto muy asentado en la sociedad moderna, ya que el buen comer es un placer buscado por el viajero y que llega a condicionar su itinerario, esto es una realidad en el siglo XXI y va a más.
Podemos afirmar que el sector del vino es el pionero en brindar recursos y ofertas turísticas que, por si solas, justifican un viaje, pero ¿qué potencial tiene el sector oleícola para ello?, analicémoslo.
El olivar tradicional dibuja paisajes espectaculares, especialmente en Andalucía, los campos de olivos que se pierden en el horizonte son, ante el viajero, auténticos bosques cultivados que enamoran a sus sentidos, es el mar de olivos.
Miradores desde los que se divisan montañas enteras cultivadas de olivar, ejemplares únicos centenarios que dibujan troncos imposibles, seres vivos inmortales que enamoran al viajero, belleza a la vista. Hoteles rurales rodeados de olivos, miradores hacia el infinito, itinerarios en ese mar de olivos, rutas de olivos monumentales… OLIVAR y PAISAJE.
La extracción del aceite ha evolucionado aceleradamente en el último siglo, los molinos son ahora salas impolutas de centrifugación donde impera la higiene y el acero inoxidable, pero los sistemas tradicionales de molturación eran majestuosos, espectaculares: prensas de vigas interminables, piedras troncocónicas gigantes, prensas hidráulicas y capachos de donde emanaba el aceite, fuerza motriz generada por animales, cursos de agua e incluso humanos, todo este patrimonio permanece en muchos lugares, y puede ser mostrado al viajero.
Museos del olivo, almazaras tradicionales abiertas al público, demostraciones de la molturación tradicional… OLIVAR y PATRIMONIO INDUSTRIAL.
Tenemos la fortuna de que el fruto del olivo nos da la mejor grasa de todas las conocidas pero, además, como zumo natural de fruta que es, tiene propiedades organolépticas diferentes según la variedad, el suelo donde vegeta y el clima.
El universo del virgen extra es infinito y un mundo por explorar, y el consumidor está ávido de aprender. Las dietas de los mediterráneos se basan en el virgen extra y los restaurantes de las zonas olivareras ofertan sus comidas regadas en el oro líquido.
El turista quiere probar los distintos aceites, quiere aprender a catarlos, quiere que les mariden los platos con unos y otros zumos de aceituna…. OLIVAR y GASTRONOMÍA.
Concluimos que el cultivo del olivo, lo que le rodea y su fruto, el aceite de oliva virgen, tienen todos los ingredientes para que una familia decida su plan de viaje en un paisaje de olivos, visite la comarca, aprenda cómo se elabora el aceite, incluso recolecte las aceitunas, y disfrute de su gastronomía.
Potenciemos los recursos turísticos relacionados con el olivar, organicémoslos en rutas e itinerarios, transmitámoslo a los operadores, y de esa forma, además, venderemos mejor nuestro aceite.
Celebramos hace pocos días el Día Mundial del Olivo, por lo que desde esta tribuna, proponemos a la Real Academia Española que incorpore este año la palabra nueva Oleoturismo en su diccionario. Y aunque doctores tiene la iglesia, nos atrevemos a proponer una definición: “Turismo rural ligado al cultivo del olivo y al aceite de oliva virgen extra”.